Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1879-1880 (Cortes de 1879 a 1881)
Sesión: 4 de junio de 1880
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 181, 4380-4382
Tema: Pregunta relativa al decreto publicado el 23 de mayo, sobre aclaración de algunos artículos de la ley hipotecaria

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Me levanto para hacer una pregunta y un ruego al Gobierno de S. M.

Hase dicho fuera de este sitio, y según ha llegado a mi noticia, por persona que debe saber bien cuanto ha ocurrido respecto al decreto que está debatiéndose estos días, y si es así, se ha dicho faltando a sabiendas a la verdad, que yo no he pedido la publicación de ese decreto; y yo pregunto al Gobierno: ¿he tenido yo intervención directa o indirecta, ni en poco ni en mucho, en la publicación de ese decreto? Sí o no, terminantemente; yo se lo exijo, yo se lo ruego.

Dicho se está que si esa noticia que ha llegado a mis oídos hubiera sido aislada, yo no hubiera hecho caso de ella, porque desprecio las pequeñas perfidias; pero como después de esa noticia, propalada fuera de aquí, ha venido un Sr. Ministro a decir que en efecto ese decreto se habría hecho en beneficio y por petición de no sé quién; y como además en el otro Cuerpo Colegislador se han hecho alusiones a mi persona, tengo necesidad de exigir al Gobierno que diga qué participación he tenido yo en ese decreto, y que presente los papeles, documentos y pruebas que tenga de las personas que han intervenido en la publicación de ese decreto. (Bien, bien, en la minoría.)

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Para dar el Gobierno una contestación completamente satisfactoria, se vería en el caso de hacer una pregunta previa. ¿El Sr. Sagasta pertenece a algún Consejo que tenga confiados los intereses de alguna compañía? (El Sr. Sagasta: Sí.) ¿En ese Consejo se toman acuerdos cuando hay necesidad de reclamarle al Gobierno el cumplimiento de los deberes que tiene que cumplir con arreglo a las leyes? (El Sr. Sagasta: Sí.) Pues entonces, el Sr. Sagasta tiene alguna participación en este decreto, porque en nombre de ese Consejo, en el cual delibera el Sr. Sagasta y al cual pertenece, se han hecho gestiones cerca del Gobierno para que el Gobierno, cumpliendo con los preceptos de una ley, dejara o entregara a la compañía a que ese Consejo pertenece, libre el ferrocarril del Noroeste para continuar las obras, según correspondía a consecuencia de la adjudicación que se le había hecho por virtud del concurso celebrado en Madrid, como todo el mundo sabe.

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: No ha contestado el Sr. Ministro de la Gobernación a mi pregunta. Yo, en efecto, pertenezco a un Consejo de administración de un ferrocarril; yo soy responsable como consejero de todo lo que en la administración interior de la compañía tenga lugar, y por consiguiente, soy responsable de los acuerdos que el Consejo tome; pero ni yo, ni ningún consejero, ni el Consejo de administración de los ferrocarriles del Noroeste, ha pedido al Gobierno el decreto que es objeto de mi pregunta. El Consejo de administración ha podido pedir, pero ni aun eso ha pedido, el cumplimiento de la ley de concesión; el Consejo de administración ha podido pedir, pero no lo ha pedido, al menos que yo sepa (y yo debiera saberlo), que el Gobierno cumpliera con la ley de concesión, entregándole, como procede, libre el camino de hierro, sin lo cual no puede empezar a correr el plazo, ni pueden empezar los trabajos. ¿Pero qué tiene que ver esto con el decreto que se está discutiendo? Absolutamente nada. [4380]

Yo, después de reiteradas instancias, acepté un puesto en ese Consejo de administración, para trabajar honradamente en favor de los intereses que ha de manejar ese Consejo, y para contribuir en lo que de mí dependa a que esas pobres provincias de Asturias y Galicia vean realizados sus deseos de ponerse en comunicación con el resto de España y con el resto de Europa, por cuya necesidad hace veinte años que están inútilmente reclamando; pero todo eso, salvos mis compromisos políticos, salvas las leyes del país, salvos los intereses generales del Estado; porque si ni aún en provecho particular mío he de permitir que se quebranten mis compromisos políticos, ni las leyes del país, ni los intereses general del Estado, claro es que no he de permitir se quebranten por la compañía del Noroeste, ni por ninguna otra compañía. Yo puedo prestar a la compañía del Noroeste mi consejo, mi inteligencia, mi trabajo, pero honradamente.

Ni a la compañía del Noroeste ni a ninguna compañía estoy dispuesto a prestarla la influencia que haya podido adquirir cerca de los Poderes del Estado, porque esa influencia no la he ejercido nunca más que a favor de los intereses de la Patria.

No tengo yo que ver con ese decreto, nada tiene que ver con él el Consejo de la compañía del Noroeste; ella ha podido pedir, no sé si lo habrá hecho, pero ha podido pedir y ha debido pedir que se cumpla la ley. ¿Cómo se ha de cumplir la ley? El Gobierno lo sabrá. Él ha arbitrado ese medio. ¿Es bueno? Buen provecho le haga al Gobierno. ¿Es malo? Pues él únicamente es el responsable. Yo no he estudiado a fondo estas cuestiones jurídicas; pero entre la opinión de mis amigos que dicen que el decreto quebranta la ley, y la opinión de mis adversarios que sostienen lo contrario, estoy por la opinión de mis amigos, y siento no tener conocimientos especiales para apoyarla por mí mismo; pero conste que lo que se ha dicho respecto a que yo haya tenido intervención directa ni indirecta en el decreto es una falsedad; y no había, para hablar del decreto, que traer aquí la cuestión de si yo era o dejaba de ser individuo del Consejo de administración, ni por qué incurrí en el error de creer que en ese Consejo están en mayoría los constitucionales, cuando están en una minoría mucho más exigua que la que tienen en esta Cámara, puesto que de 30 consejeros que le componen, sólo dos, señores, pertenecemos al partido constitucional.

Venga, pues, la comunicación mía, y preséntense todos los documentos y todas las pruebas que S. S. ofreció presentar.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: Tiene V. S. la palabra.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Contestación categórica a la pregunta: que por eso dije antes que para contestarle necesitaba hacer una pregunta, a la que el Sr. Sagasta contestó inmediatamente; y vuelvo a la misma situación: yo no sé la manera de funcionar de ese Consejo; yo no sé si ese Consejo acordó gestionar cerca del Gobierno lo que puede favorecer a los intereses de la compañía; lo que sé de una manera categórica es, que en nombre de ese Consejo se ha pedido al Gobierno, no por documentos, por gestiones verbales, como se hacen estas cosas? (El Sr. Sagasta: ¿Quién lo ha hecho? -El Sr. Marqués de Sardoal pide la palabra.) En nombre de ese Consejo se ha pedido al Gobierno, y se ha pedido con un derecho perfecto, que el Gobierno entregara libres los caminos del Noroeste a la compañía. Se dice que no se ha pedido el decreto: de modo que ya aquí la cuestión está en un distingo: el de si se ha pedido la cosa, o la manera de hacerla. Si nos atenemos a este distingo, no se ha pedido el decreto; pero fuera decreto, Real orden o cualquier otra forma, me parece a mí que cuando del interés del Estado se trata, el interés este va comprometido, no en la forma de un decreto o de una Real orden, sino en lo esencial de la petición, en la entrega de una obra. Pues en lo esencial de la petición, en la entrega de la obra sin hipotecas ni reclamaciones, se ha hecho la gestión en nombre del Consejo; no se ha hecho con relación a la forma en que debía darse; y de aquí que puedan decir los que creen como el Gobierno que en la manera de cumplir la ley no había otra mejor que la del decreto, uniendo la forma y el fondo, que el decreto se ha gestionado por el Consejo de esa compañía; y los que quieren ampararse del distingo entre la forma y el fondo, pueden protestar que no han pedido el decreto.

Después de estas aclaraciones, y dada esta explicación que me parece terminante, yo no tengo nada que añadir, sino que la referencia que se ha podido hacer de la persona del Sr. Sagasta, más bien ha sido en defensa suya que en sentido que pudiera envolver ningún ataque. (Rumores en la izquierda. El Sr. Sagasta: No necesito esa defensa.) Siento mucho que lo entiendan los que me interrumpen de otra manera; pero esta es la verdad, y yo tengo el deber de exponerla tal y como la entiendo.

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: Puede usarla S. S.

El Sr. SAGASTA: Conste, por consiguiente, que yo no he hecho gestión alguna para la publicación de ese decreto, ni para nada que tenga relación con esto, ni como Diputado, ni como particular, ni como consejero del Noroeste; y constando esto, conste que es falso lo que se ha dicho en el salón de conferencias y en otras partes.

Por lo demás, yo agradezco a S. S. la defensa que ha querido hacer de mi persona; pero le advierto que yo en cuestiones de este género no necesito defensa ninguna, porque mi reputación está muy por encima de esos alfilerazos que desprecio altamente. (Bien, muy bien.)

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Conste, pues, aunque yo no debiera responder de lo que pueda decirse en otro sitio, que yo tengo las mismas razones que el Sr. Sagasta para saber lo que se dijo en el salón de conferencias, y que aquello es falso o no lo es tanto, según la interpretación que demos, esto es, si separamos la forma del fondo, o si confundimos la forma y el fondo.

Y por lo demás, yo siento mucho que el Sr. Sagasta haya reconocido que no necesita defensa; pero pudiera ser necesaria la defensa de otros intereses y en otros sentidos, y como se trata de actos públicos, de los cuales debemos ocuparnos todos, yo con perfecto derecho he podido en otro lugar tomar el nombre de su señoría, como demostración y prueba de la bondad de un asunto sobre el cual se hacían al Gobierno cargos injustos, precisamente por los que son sus amigos políticos. [4381]

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Conste que lo que se ha dicho en el salón de conferencias es falso en el fondo, en la forma y de todas manera: y respecto a que S. S. ha usado mi nombre en otro sitio para defender ciertos actos, debe decir que yo no tengo ni quiero solidaridad con nadie respecto de esos actos, y por consiguiente, para nada servía citar mi nombre.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Romero y Robledo): A pesar de que los términos sean poco parlamentarios, yo insisto en que si lo dicho en el salón de conferencias es falso en el fondo y en la forma, será porque el Consejo de la compañía del Noroeste puede hacer gestiones que ignore el Sr. Sagasta, que es vicepresidente del Consejo; y en ese caso, como yo no conozco la vida interna de ese Consejo, que sólo por suponer que el Consejo debía conocer todo lo que interesa a esa compañía, se había podido decir la que se ha indicado.

Y con relación a lo que haya podido decirse sobre ciertas solidaridades, yo sólo tengo que decir que no es este el momento de aclarar conceptos equivocados, y si el Sr. Sagasta se entera de lo que se ha dicho allí, resultará que la solidaridad que tiene que romper no es con nosotros, que no la hemos establecido para nada; sería con la compañía del Noroeste, que es la única solidaridad que allí resultaba establecida.

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Niego que la compañía del ferrocarril del Noroeste tenga solidaridad ninguna con el decreto; lo niego en absoluto; y si fuera de otro modo, si la compañía tuviera solidaridad con el decreto, ¿qué Gobierno es este que se deja manejar por una compañía? (Aplausos en la izquierda.) [4382]



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